En los últimos años, el uso de drogas con fines sexuales ha experimentado una tendencia ascendente. El ChemSex es un término anglo-sajón que resulta de la combinación de los términos ingleses “chemical” químico (droga) y “sex” sexo, en países de Reino Unido es conocido también como P&P (party and play).
En España el nombre equivalente a esta práctica es el de “morbo y vicio”, donde la palabra “Morbo” alude a la búsqueda de excitación y desinhibición sexual, mientras que la palabra “vicio”, es considerada dentro de algunos colectivos como sinónimo de droga y/o consumo de drogas.
Esta tendencia es nueva en nuestra sociedad, sin embargo, en el Reino Unido comenzó a ser conocida por investigadores o profesionales de servicios socio-sanitarios a partir del 2012.
Una de las características para que se considere una práctica de chemsex es el uso de drogas, a menudo ilegales, para así mantener relaciones sexuales por un período largo de tiempo (que puede durar desde varias horas hasta varios días) y aumentar el placer durante el sexo.
Las sustancias que se suelen consumir en este tipo de fiestas privadas son tales como metanfetamina, mefedrona y GHB, entre otras, tomadas previamente y/o durante la sesión sexual (estas sustancias varían de una ciudad a otra).
El uso de drogas durante las relaciones sexuales no es un fenómeno nuevo, lo que parece que ha cambiado en los últimos años son las sustancias consumidas y el contexto en el que se utilizan. Si en etapas anteriores podría destacarse el uso de cocaína, alcohol y poppers, actualmente otras sustancias como GHB, metanfetamina y mefedrona están incorporándose de manera progresiva a este mercado. De esta forma, el término Chemsex está fuertemente relacionado con el concepto ‘sesión’ que se utiliza para referirse a un evento de larga duración en el que habitualmente se consumen drogas en un contexto sexual con varias personas, ya sea de manera simultánea o secuencial.
Algunos de los motivos por los que se lleva a cabo el consumo en este tipo de prácticas son, por el efecto estimulante que producen estas sustancias, por la desinhibición sexual, reducción del dolor en algunas prácticas, entre otros. Además, aportan un mayor aguante físico, mientras que una orgía no implica necesariamente el consumo de drogas, la idea de ‘sesión’ acentúa la prolongación de las relaciones sexuales en el tiempo mediante el uso de determinadas sustancias.
En las sesiones de chemsex es habitual que no se haga uso del preservativo, por lo que aumenta el riesgo de infecciones y se reduce la percepción del riesgo debido al policonsumo.
Se trata de un fenómeno que se ha popularizado entre los colectivos de hombres que tienen sexo con hombres de determinados países, pero también puede darse en otros grupos de población, por lo que no existe un perfil claro y específico de persona que lleva a cabo estas prácticas. Poco a poco esta práctica se esta instaurando en distintos países, sobretodo por el auge de las aplicaciones móviles para ligar y el consumo de drogas en las fiestas.