Entendemos por cibersexo todas aquellas conductas que realizamos, a través de internet, y que implican la búsqueda de gratificación sexual, ya sea de manera individual o con otra persona.

Algunas de las características que definen un uso problemático del cibersexo son: cambiar los patrones de sueño, aumentar el tiempo dedicado al cibersexo dejando de lado otras obligaciones o intereses, intentar dejar de practicar cibersexo sin éxito o sentir malestar por no poder practicarlo.

Según algunos estudios, alrededor del 25% de adolescentes y el 80% de jóvenes han practicado alguna vez cibersexo. Dentro de este grupo, nuestros estudios revelan que al menos el 19% de los chicos y el 3% de las chicas podría ser un usuario en riesgo.

Al igual que en otros casos relacionados con la dependencia, la adicción al cibersexo puede tratarse de manera eficaz a través de terapias psicológicas basadas en la evidencia empírica.