El avance de las nuevas tecnologías y los cambios que, en las últimas décadas, ha vivido la sociedad han facilitado que las necesidades más básicas, de los seres humanos, también hayan evolucionado. De esta manera, hemos asistido a una transformación de hábitos en la conducta alimentaria, en la realización de la actividad física, en la manera de relacionarnos y, por supuesto, en el desarrollo de la sexualidad.
Estos cambios, además, se observan a nivel global a través de distintas sociedades que, aun con sus particularidades, comparten la convivencia con herramientas tecnológicas como internet. Un instrumento que permite explorar la sexualidad de muchas maneras y que si bien tiene algunos riesgos (como facilitar una posible adicción) también puede optimizar el desarrollo psicosexual en cualquier etapa vital. Si hablamos de etapas vitales, probablemente, los adolescentes y jóvenes son los que se encuentran más predispuestos a explorar su sexualidad a través de la red.
La llamada “generación Z” se ha socializado en entornos interactivos y virtuales que, a lo largo del planeta, han facilitado la interconexión de las redes sociales y las plataformas web. Tan es así que, parte de ellos, ha asumido internet como un espacio más (en algunos casos mejor) para desarrollar su sexualidad. Por ejemplo en lugares tan distantes como Bélgica, donde aproximadamente el 45% de adolescentes dicen haber mantenido contactos sexuales con su pareja en línea[1], la República Checa, donde un tercio de los adolescentes manifiesta usar pornografía online[2], España, donde alrededor de un 10% realiza actividades sexuales online[3] o en Sudáfrica, donde aproximadamente un 10% de los adolescentes lo hace[4].
Así pues parece que, en la actualidad, internet forma parte de la cotidianeidad de la sexualidad adolescente. Una cotidianeidad que puede ser enriquecedora para los y las adolescentes en la medida en que algunas características de esta etapa, como la búsqueda de sensaciones, la necesidad de un refuerzo inmediato o la falta de autocontrol (relacionadas clásicamente con situaciones de riesgo) se equilibren mediante el fortalecimiento de la corresponsabilidad, el conocimiento y la autonomía que en otras dimensiones vitales tanto se fomentan. De esta manera, se contribuirá a que los y las adolescentes pueden experimentar y enriquecerse de su desarrollo psicosexual, si lo desean, mediante el uso de la red.
[1] Beyens, I. & Eggermont, S. (2014). Prevalence and Predictors of Text-Based and Visually Explicit Cybersex among Adolescents. Young, 22(1), 43-65.
[2] Šev?íková, S. & Daneback, K. (2014). Online pornography use in adolescence: Age and gender differences. European Journal of Developmental Psychology, 11(6), 674-686.
[3] Ministerio del Interior-Gobierno de España (2014). Encuesta sobre hábitos de uso y seguridad de internet de menores y jóvenes en España. Available at enlace (accessed 06/25/2015).
[4] Swanepoel, T. & Thomas, K. (2011). Cybersex and addiction: mix use among South African adolescents. Poster presented at 17th South African Psychology Congress. Johannesburg, South Africa, September 13-16, 2011.