Las minorías sexuales tienen una peor percepción sobre su estado de salud mental y solicitan más atención psicológica. En estos colectivos se ha demostrado una mayor prevalencia de problemas psicológicos como ansiedad, depresión, ideación suicida o abuso de sustancias. Por tanto, nuestro objetivo es explorar la relación entre diferentes parámetros de salud mental y la orientación sexual. Para ello, administramos un Cuestionario de Estilo de Vida y Salud (Giménez-García y Ballester-Arnal, 2017) a 600 estudiantes de la Universitat Jaume I de Castellón. De estos, un 67.5% se identificaba solo como heterosexuales (75.3% de hombres y 59.7% de mujeres) y el resto como no exclusivamente heterosexuales. Se encuentra que existe un vínculo significativo entre orientación sexual y nivel de salud mental percibida, problemas psicológicos informados y ansiedad, pues aquellas personas no exclusivamente heterosexuales tienden a valorar peor su salud mental, a informar de más problemáticas psicológicas y a sentirse más ansiosas. En función del género, son los hombres los que tienden más a reportar peor salud mental percibida y problemas psicológicos en comparación con las mujeres, mientras que son estas las que tienden a reportar mayores niveles de ansiedad percibida. Para ambos géneros, el grupo no exclusivamente heterosexual obtiene peores resultados. Por tanto, podemos afirmar que las personas con una orientación no heteronormativa son un colectivo en riesgo psicosocial, quizá por el malestar psicológico asociado a la vivencia de experiencias vitales estresantes y de discriminación asociada a la homofobia y bifobia.
Más información sobre este estudio: https://cutt.ly/tcV7O6o