Hoy en día, nadie duda de que Internet y las redes sociales formen parte de nuestro estilo de vida, nuestra forma de relacionarnos con los demás e, incluso, de la manera en que establecemos relaciones de pareja. Ya sea con el objetivo de mantener una pareja estable o un simple encuentro sexual.
Actualmente, disponemos de una amplia variedad de redes sociales y aplicaciones móviles (apps) que nos permiten reencontrarnos con viejas amistades, conocer gente en una ciudad nueva o buscar pareja. Existen multitud de apps que van desde lo más tradicional (publicar un perfil con tus características, gustos, aficiones, etc. para que cualquiera que lo vea pueda contactar contigo) hasta aquellas más innovadoras. En algunas de ellas, puedes publicar tus preferencias sexuales y localización y, automáticamente, aparece una lista de candidatos/as cercanos a tu ubicación con los que puedes hablar a través de un chat y ultimar los detalles de dicho encuentro sexual. Así, no sólo nos permiten contactar con personas que estén interesadas en mantener una relación sexual esporádica y que se encuentren cerca de nosotros, sino que también nos facilitan el encontrar a personas que deseen realizar prácticas sexuales determinadas. De entre todas las prácticas, también se encuentra la de no usar el preservativo. Además, estas apps se utilizan para organizar encuentros sexuales específicos en grupo como pueden ser las chemsex (prácticas sexuales potenciadas por el consumo de diversas drogas y sustancias químicas) o la ruleta rusa del SIDA (orgía en la cual hay un miembro anónimo infectado por el VIH). Es en este punto donde encontramos el verdadero problema. Como bien sabemos, el uso del preservativo en las relaciones sexuales nos protege de cualquier tipo de ITS (infecciones de transmisión sexual) por lo que, al no usarlo, quedamos expuestos a infecciones como la sífilis, el VIH, el VPH, etc.
En países como Estados Unidos se ha dado la voz de alarma por el aumento de ITS y se ha relacionado, en parte, con el uso de estas redes sociales. Y si bien la responsabilidad no se puede atribuir, exclusivamente, a las nuevas redes sociales/aplicaciones sí parecen suponer un gran facilitador a la hora de mantener relaciones sexuales de riesgo. La inmediatez del posible encuentro sexual, el anonimato y la privacidad que proporcionan estas apps son sólo algunas de las características que las hacen tan atractivas y facilitan las opciones de experimentar el riesgo. Así pues, parece que estamos ante un nuevo escenario para la prevención de las ITS que será necesario incluir en cualquier esfuerzo de prevención.